Por eso, un campamento en Semana Santa es una buena opción, siempre que el niño o la niña esté preparada.
Antes de enviar a tu hijo a algún campamento, valora su situación personal. Debemos analizar sus habilidades, su madurez, sus preferencias y necesidades. Si esta será su primera experiencia fuera de casa, es importante que disfrute y vuelva contento o contenta.
Para los padres y madres puede ser una decisión difícil el estar separados un par de semanas. Pero si eso sirve de consuelo, según las personas expertas, estas actividades contribuyen decisivamente a la maduración del niño o niña, estimulan su autonomía y su responsabilidad, fortalecen sus vínculos con el entorno, contribuyen a que el pequeño aprenda a convivir con otras personas, y ayudan a desarrollar sus habilidades sociales.
Si os habéis decidido por un campamento para Semana Santa, es conveniente informarse bien sobre el programa de actividades, del lugar, de las instalaciones, del personal que les va a acompañar… Así os encontraréis todos más tranquilos. No podemos olvidar que una elección bien calculada y pensada es vital para que el campamento sea una buena experiencia infantil.
Que dios les bendiga!
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